La manera en que una nación usa su poder para negarle a una persona la libertad, ha sido siempre una medida constitutiva de los gobiernos autoritarios. El encarcelamiento masivo basado en raza, origen o nacionalidad, convicción política, orientación sexual, edad u otras características es una forma de tiranía. Sin embargo, pocas personas se dan cuenta de esto que está sucediendo a gran escala aquí, en los Estados Unidos de América. Los inmigrantes son lo último en la explosión en el mercado de la industria de las prisiones privadas. Estados Unidos encarcela al más alto porcentaje en el mundo de su población – 730 de cada 100 mil- cerca de dos y medio millones de personas. Aunque sólo tiene el 5 por ciento de la población del planeta, 25 por ciento de la población mundial encarcelada se encuentra tras las rejas en este país. No siempre fue así. Este gran aumento de la población en prisiones ha tomado lugar en las últimas dos décadas, cuando el porcentaje de encarcelamiento por cápita se incrementó en un 45 por ciento. No es que Estados Unidos esté pasado por una gran ola de crimen. Todo lo contrario. El crimen, especialmente el violento, ha disminuido en el mismo periodo. Dos factores – la mayoría de los presos son negros o latinos, drogadictos e inmigrantes- quienes integran más del 80 por ciento de personas tras las rejas en este país. Reglas prohibicionistas draconianas y nuevas leyes que criminalizan a los inmigrantes sin documentos, han inundado las prisiones de la nación. En otras palabras, mientras que el comportamiento en general de la sociedad mejora, el gobierno de Estados Unidos amplía el criterio de privar a las personas de las libertades más fundamentales. Esta red ahora atrapa más hombres, mujeres y niños que en cualquier tiempo en la historia.
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión”. Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. En todas las regiones del mundo todavía hay muchas personas que son acosadas y encarceladas por ejercer su derecho a la libertad de expresión. Y sin libertad de expresión, sin la capacidad para hacerse oír, es muy difícil defender los demás derechos humanos. ¡Entre todos podemos;no te quedes callado todos juntos podemos conseguirlo!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario